Estrella Arjomil, la misionera vimiancesa en Mozambique

Estrella Arjomil Soto es una misionera de Vimianzo que lleva parte de su vida dedicada a los demás. Primero bajo las órdenes de una congregación, y desde hace ya casi 15 años se encuentra en Mozambique como virgen consagrada para ayudar a los más que lo necesitan. Estos días se encuentra visitando a su familia en su tierra natal y el día 21 volará de nuevo al continente africano para reanudar su trabajo, que se centra principalmente en el área de la salud.

Su día a día lo pasa cuidando enfermos, traslados al hospital, buscando medicinas y todo tipo de ayudas básicas para quien lo necesita. Acostumbrada a tratar con todo tipo de enfermedades, muchas de ellas relacionadas con problemas de piel debido a las malas condiciones del agua, 15 días de cada mes los pasa ayudando a los enfermos por las distintas aldeas, y los otros 15 se encuentra en la ciudad, en la provincia de Ciudad del Cabo.

Enfermos con lepra, con sida, con malaria, niños desnutridos, mujeres embarazadas con graves riesgos para ellas y sus hijos... Todo esto forma parte del día a día de Estrella, algo que exige una enorme fortaleza, tanto desde el punto de vista físico como psíquico, para poder sobrellevar muchas situaciones al límite. Cuando llega al hospital con enfermos muy graves le llaman “salvavidas”, tal como ella misma cuenta, ya que en muchos casos es todo un milagro que logren mantenerse en pie debido a la gravedad de su situación. A ello ayuda que son gente “con muchísima fuerza” y con capacidad para adaptarse a las situaciones más duras, algo impensable en otros países como el nuestro, señala la misionera.

A la situación de pobreza del país se une la guerra que azota a la mitad de la provincia desde el año 2017, con más de 800.000 personas en campos de refugiados, lo que hace que la situación sea todavía más complicada. Así, admite que la ayuda ahora todavía resulta más necesaria y agradece todos los gestos de solidaridad y ayudas que ha recibido en los últimos años, sobre todo desde su tierra natal.

Colecta en Vimianzo

Acostumbrada a tener muy poco para repartir entre muchos, tiene que multiplicar panes y peces para que la ayuda llegue al mayor número de personas posible. Además de su enorme gratitud, Estrella Arjomil insiste en que ella se siente “responsable de ese dinero, por eso tenemos que emplearlo de la mejor manera posible”. “Yo no estoy en una ONG, por tanto tengo que conseguir que las ayudas se multipliquen para una obra buena”, destaca. En las parroquias de Vimianzo, Calo, Cambeda y Castrelo se realizó ayer una colecta extraordinaria para que esta misionera pueda ayudar con su trabajo en el continente africano.

Además de las distintas acciones que hace a diario, gracias a las donaciones Estrella pudo comprar un terreno para llevar a cabo un nuevo proyecto a favor de los más necesitados. Se trata de crear un centro de acogida para las personas mayores, enfermos de lepra o con otras patologías, un lugar donde poder recuperarse y recibir los cuidados necesarios, puesto que los ancianos son allí los más desprotegidos al no recibir ningún tipo de ayuda, tal como señala la misionera. “Muchas personas van al hospital pero allí las dan de alta muy rápido sin estar curadas y los mandan para casa. Por eso necesitan un lugar para prestarles ayuda”, indica Estrella.

Casa de la Providencia

Ese centro será la llamada “Casa de la Providencia”, que en estos momentos ultima todo el proceso burocrático, algo muy complejo también en ese país. También ha construido un muro alrededor, algo imprescindible para que nadie se apodere del terreno, y un pozo para abastecerse de agua en buenas condiciones, por lo que confía en que pronto puedan empezar las obras.

El proyecto es muy ambicioso, ya que está pensado para poder acoger a unas cien personas, aunque la misionera vimiancesa es consciente de las dificultades económicas para poder llevarlo a cabo, por lo que tendrán que ir poco a poco según la financiación de la que dispongan.

Estrella Arjomil admite que toda ayuda es poca para cuando existen tantas necesidades, pero aún así todas las donaciones son recibidas como una bendición para sus proyectos en ese país. Y a pesar de todas las dificultades, ella se siente feliz por poder ayudar a quienes más lo necesitan a miles de kilómetros de su tierra natal, a la que no volvía desde el inicio de la pandemia.

Precisamente, cuenta que cuando comenzó el coronavirus, alarmados en todo el mundo por la situación se temía lo peor, sin embargo allí apenas tuvo incidencia. Acostumbrados a convivir con otras enfermedades graves como la malaria o la lepra, entre otras, afirma que allí se refieren al covid como “la enfermedad de los blancos”. A este respecto también reflexiona sobre el abandono que sufre África, porque sólo interesa cuando dispone de recursos naturales, pero no para buscar remedio a enfermedades graves, como ocurrió ahora con el covid, al afectar a nivel mundial. 

Estrella

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Estrella Arjomil, la misionera vimiancesa en Mozambique

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Redacción
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Miguel Gómez Longo